INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
PERIODO DEL ARGAR
Los primeros asentamientos humanos de los Ogíjares son muy antiguos, de hecho se han encontrado restos de la cultura del Argar perteneciente a la Edad del Bronce, que formó una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. y de las mejor conocidas gracias al excelente estado de conservación de sus restos. Esta civilización se extendía por Andalucía oriental y el Levante español y debe su nombre al yacimiento de El Argar, en el municipio de Antas, Almería.
PERIODO BASTETANO O IBÉRICO (s. V-I a.C.)
De esta importante cultura se conoce un asentamiento en las proximidades del río de Dílar. Debemos recordar que en un territorio que aproximadamente abarcaba lo que hoy conocemos como Andalucía Oriental se asentaba la cultura Bastetana, de ella hemos recibido, entre otras cosas la milenaria costumbre de colgar platos en las paredes, que después se ha extendido por innumerables lugares. Las principales ciudades bastetanas eran Basti (Baza, ciudad de la que toma el nombre), Malaka (Málaga), Acci (Guadíx), Iliberri (la actual Granada), Arkilaquis (La Puebla de Don Fadrique), Tútugi (la actual Galera), Abdera (La actual Adra)... Hay quienes afirman que los habitantes de nuestro pueblo eran turdetanos pero hay muchísimos historiadores que afirman que en estas tierras se asentaron los bastetanos como se puede apreciar en estos mapas:
PERIODO DEL ARGAR
Los primeros asentamientos humanos de los Ogíjares son muy antiguos, de hecho se han encontrado restos de la cultura del Argar perteneciente a la Edad del Bronce, que formó una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del III y II milenios a. C. y de las mejor conocidas gracias al excelente estado de conservación de sus restos. Esta civilización se extendía por Andalucía oriental y el Levante español y debe su nombre al yacimiento de El Argar, en el municipio de Antas, Almería.
Situación de la cultura Argárica. Foto procedente de Wikipedia. |
Ajuar funerario de una sepultura argárica |
PERIODO BASTETANO O IBÉRICO (s. V-I a.C.)
De esta importante cultura se conoce un asentamiento en las proximidades del río de Dílar. Debemos recordar que en un territorio que aproximadamente abarcaba lo que hoy conocemos como Andalucía Oriental se asentaba la cultura Bastetana, de ella hemos recibido, entre otras cosas la milenaria costumbre de colgar platos en las paredes, que después se ha extendido por innumerables lugares. Las principales ciudades bastetanas eran Basti (Baza, ciudad de la que toma el nombre), Malaka (Málaga), Acci (Guadíx), Iliberri (la actual Granada), Arkilaquis (La Puebla de Don Fadrique), Tútugi (la actual Galera), Abdera (La actual Adra)... Hay quienes afirman que los habitantes de nuestro pueblo eran turdetanos pero hay muchísimos historiadores que afirman que en estas tierras se asentaron los bastetanos como se puede apreciar en estos mapas:
La Bastetania comprendía lo que hoy es Andalucía Oriental y parte de otras regiones como Murcia. Mapa procedente de Wikipedia |
El territorio de los turdetanos comprendía lo que hoy es Andalucía Occidental, una pequeña parte de otras regiones y de Portugal Mapa procedente de Wikipedia |
Para más información sobre estos dos pueblos pongo estos enlaces:
Las casas de este periodo encontradas los Ogíjares eran muy distintas a las actuales, de una o dos habitaciones, en planta baja con muros de piedras irregulares hasta una altura que podía llegar a un metro como máximo y a partir de ahí de tapial, el techo solía ser una cubierta vegetal sobre la que se colocaba tierra lo más impermeabilizada posible.
Sobre el cerro de San Cristóbal se han encontrado restos de edificios de este periodo que siguen las características constructivas mencionadas.
PERIODO ROMANO (s. I a.C.- V d.C.)
En la calle de las Cruces, junto al actual consultorio, se han encontrado importantes restos de una villa romana del siglo I d.C. (conjunto de construcciones agrícolas destinadas a vivienda de los dueños, habitaciones del servicio, almacenes, lagares, establos, molino de aceite...) de la cual sólo se ha excavado la parte destinada al servicio, algunas dependencias de trabajo, cocinas y salas para otros usos, quedando el resto aún por conocer. Sus muros eran de construcción pobre, por estar destinados a usos secundarios, pero cuando se localice la vivienda del señor de la villa podrían aparecer elementos de gran riqueza, como mosaicos, estatuas, revestimientos de mármol o de estuco, pinturas murales...
También comentaban algunas personas hace años que en la zona próxima al río de Dílar se habían encontrado restos de tégulas romanas, no pudiéndose asegurar con los estudios realizados hasta el momento si se trata de construcciones romanas o visigodas.
PERIODOS VISIGODO Y BIZANTINO (s. V-VIII d.C.)
En este periodo pasaron por el territorio de los Ogíjares estos pueblos que dejaron restos por los lugares que ocuparon, aunque en nuestro caso son muy escasos.
En el cerro de San Cristóbal se han encontrado sepulturas visigodas con ajuares diversos, precisamente esta zona está llena de leyendas, como suele ocurrir con muchos antiguos yacimientos. Pondré aquí la del Encantado, que da nombre al lugar:
Cuenta la leyenda que un joven de familia pobre, que venía de Alhendín a ver la novia a los Ogíjares, se encontró con un extraño hombre que le preguntó si quería conseguir una gran fortuna, pero tendría que ser valiente y no tener miedo, el joven le aseguró que era sobradamente valeroso, por lo que el desconocido declaró que era un espíritu encantado que debía penar hasta que entregase un colosal tesoro a alguien que lo necesitase, para ello el joven debería presentase en la Era Alta a las doce de la noche, allí tendría que pasar dos pruebas antes de encontrarse con su cuerpo muerto, sin miedo debería levantarlo y preguntarle por el sitio donde se escondía el tesoro, el cadáver daría la respuesta terminándose el encantamiento, así él podría al fin descansar y el joven vería solucionados sus problemas económicos para siempre. Tras el acuerdo el novio bajó desde el cerro al Lugar Alto a ver a su prometida. Trascurridas unas horas, al volver a Alhendín, esperó en la Era Alta a que llegasen las doce y, en el mismo momento en que la torre de la iglesia de Otura, a lo lejos, dio las doce, fue rodeado por un poderoso muro de piedra que albergaba tres habitaciones, en la primera debía sortear un bravo toro como le había dicho el espectro, consiguió evitar el peligro y pasó a la segunda donde encontró la gran serpiente, también la sorteó y llegó a la última cámara, un panteón funerario donde había un féretro cerrado, con buen ánimo se acercó y lo abrió, hallando un espantoso y maloliente cadáver en descomposición, el tener que levantarlo y hacerle la pregunta lo llenó de terror y en ese momento todo desapareció, quedando el tesoro oculto hasta que alguien sin miedo lo consiga. Pensad pues que si encontráis a un ser extraño en el paraje donde hoy se encuentran las tres cruces, estaréis sin duda ante el Encantado, y si tenéis el suficiente valor terminaréis siendo inmensamente ricos.
También se ha localizado el pie de lo que pudo ser una pila bautismal visigoda labrada con estrías que salen divergentemente de un centro.
PERIODO MUSULMÁN (CALIFATO DE CÓRDOBA, REINO ZIRÍ DE GRANADA, REINO NAZARÍ DE GRANADA)
Tras el Califato de Córdoba al-Ándalus (la parte de Portugal y España gobernados por los musulmanes) se divide en pequeños reinos, los reinos de taifas, en los que resurge la tolerancia y lo hispano, uno de ellos es el de Granada, en el que se encuentran los Ogíjares. Véanse estos mapas procedentes de Wikipedia:
Reino Zirí de Granada (año 1013) tras la división del califato de Córdoba. Unos años después al Reino Zirí de Granada se le unió Málaga. Al-Ándalus es toda la zona coloreada en verde, el color del islam. |
Tras este primer Reino de Granada, los almorávides, un pueblo bastante intolerante invade la España musulmana y convierten a Granada en su capital.
la parte musulmana de España se convierte en una provincia de un
imperio con capital en Marraquech el actual Marruecos.
Unos
decenios más tarde se produce una segunda invasión, la de los
almohades, aún más intolerantes que persigue, no solo a judíos y
cristianos, sino también a los mismos musulmanes que no siguen
fielmente las enseñanzas de Mahoma. La España musulmana sigue siendo una provincia de un imperio norteafricano con la misma capital que los almorávides, Marraquesch.
Reino Nazarí de Granada cuando ya al-Ándalus había desaparecido. |
Bandera y escudo del Reino Nazarí de Granada procedentes de Wikipedia.
En esta tapa se levantaron las viviendas y mezquitas, de carácter sencillo y tamaño reducido. Próximos a los templos musulmanes se construyeron aljibes, elemento imprescindible para la religión islámica, ya que para entrar en la mezquita es obligatorio purificarse lavando el cuerpo de forma muy concreta y cuidadosa, pero los aljibes también tenían una función social de abastecimiento de agua a la población. Las viviendas, en su mayoría humildes, se centraban en un patio, costumbre asimilada de los romanos, al que se abrían sus pequeñas dependencias que no tenían una finalidad concreta, al contrario de lo que hoy ocurre, pues a unas horas eran dormitorio mientras que a otras podían ser comedor o sala de visitas. Las calles eran muy estrechas y sin ventanas ni balcones en los edificios, pues las casas buscaban alejar las vistas de los viandantes, hasta el punto de que el acceso solía hacerse en recodo para que el patio no se viese desde fuera ni al abrir la puerta.
Tras aprender de los romanos el arte de realización de acequias, dotaron a la localidad de un sistema de riego adaptado a las nuevas circunstancias, del cual es heredero el que existente hoy día.
Los Ogíjares en el Reino de Granada, durante el periodo cristiano
Es en este nuevo periodo, tras la Reconquista del Reino de Granada, en el que se levantan los principales y más valiosos monumentos de la localidad, iglesias, conventos, casas señoriales, molinos de agua y de sangre... ello debido al progresivo aumento de la riqueza y de la población de la villa.
El Reino de Granada tras la Reconquista |
Bandera y escudo del Reino de Granada en el periodo cristiano u occidental, imágenes, al igual que el mapa anterior, han sido tomados de Wikipedia.
Esta antigua villa de los Ogíjares de la Vega se distinguía por sus acogedoras casonas señoriales, por las tapias de múltiples y frescos huertos o huertas sobre las que asomaban perfumados rosales y jazmines entremezclados con ramas cargadas de frutas variadas, todo ello entre el relajante rumor de sus viejas acequias que partían de la principal, la Acequia Real, que atravesaba descubierta el mismo corazón de la localidad aportando su frescor de Sierra Nevada. Estas aguas, además de calmar la sed y regar huertos, movían las incansables muelas de viejos molinos de los que pocos se conservan (el Molinillo). Un pueblo que contaba con numerosas plazas y placetas, las dos principales junto a las iglesias, que fueron el lugar del último reposo de los vecinos antes de sacar los cementerios al lugar que hasta hace poco ocupó viejo, existente, en parte, bajo lo que hoy es ayuntamiento, también nombraré la placeta de la Cruz, la placetilla del Barrio Bajo, la que hasta hace poco menos de un siglo existió en la mitad de la calle de la Santísima Trinidad y que las personas más ancianas recuerdan haber oído hablar de ella aludiendo a que era un lugar donde los vecinos de la zona se reunían a charlar mientras tomaban el sol de invierno, la placeta de María, la placeta de la calle Estanco que aún conserva parte de su sabor tradicional, la placeta de Ballesteros desaparecida en parte hace unos años, la placeta de La Puentecilla junto a la calle Real Baja en el Lugar Bajo, la minúscula placeta de "las Puentes" junto a la Iglesia de la Virgen de la Cabeza, a ella acudían hace años los agricultores sin tierras o con unos pocos marjales (antigua medida agraria equivalente a 100 estadales granadinos que es exactamente a la superficie del Patio de los Leones de la Alhambra: 528,42 m², se usaba en la mayor parte del Reino de Granada y que aún hoy día sigue usándose en muchos lugares) para ver si los contrataba algún propietario de tierras, aunque es bueno recordar que en los Ogíjares no han existido los grandes terratenientes de otros lugares de España.
Todo esto ha sido muy modificado durante las últimas décadas con motivo de la fuerte construcción de viviendas, pero algún resto de nuestro pasado esplendor aún nos queda.
ALJIBE NAZARÍ DE LA CALLE DEL ALJIBE
Se trataba de un aljibe de tamaño medio, de planta rectangular cubierta por una bóveda. Al exterior presentaba una cornisa de ladrillo bajo la que se abría la boca cerrada por un arco escarzano de ladrillo sin más decoración.
Los aljibes y tinajas se llenaban con agua de la acequia Real después de dejarla pasar una hora aproximadamente para que se fuese la suciedad del cauce, aunque estaba prohibido que los animales de carga se introdujeran en las acequias, con ese agua de limpieza los agricultores de la parte de la vega que quedaba tras cada aljibe regaban su terreno. El agua de la acequia entraba a la tinaja o aljibe por unos tubos de barro cocido conocidos sólo en el Reino de Granada como atanores. En el fondo de estos depósitos solía acumularse una capa de limos en los que se reproducían los microbios del tifus y otras enfermedades intestinales que a los granadinos no solían afectar en la mayoría de los casos ya que se habían inmunizado de niños pero que a los viajeros foráneos les producían problemas intestinales, a veces graves. En la capital del Reino de Granada y en diversos pueblos se desinfectaban arrojando al interior piedras de cal viva.
El aljibe que nos ocupa estuvo en uso hasta 1930, o poco más, en que llegó el agua potable a los dos pilares de las plazas gracias a un convenio con la Diputación, aunque en este del "Lúgar Alto" (como tradicionalmente se le llamaba aquí a Ugíjar Alto de la Vega) los vecinos dejaron de usarlo tras un suicidio de un hombre que se arrojó a él aduciendo en una nota el remordimiento que sentía por un pecado que había cometido en su infancia, que no lo dejaba vivir tranquilo y que a nadie contó. Posteriormente fue comprado por los dueños de la casa en la que se encontraba incluido y recientemente ha sido demolido.
ALJIBE NAZARÍ DE LA CALLE DE LAS PARRAS
Estaba semienterrado en un ensanchamiento al principio de esta calle, en el "Lúgar Bajo" tal y como se pronunciaba, de él sobresalía la bóveda de ladrillo, pero estaba cubierta en parte con tierra. Posiblemente era de planta rectangular. La boca para sacar el agua estaba situada en el extremo que miraba hacia la carretera de Granada. Como anécdota, me decían los ancianos de hace años, que los hombres, allá por el año 1925, solían sentarse en los pretiles del vecino puente del barranco Hondo junto a la plaza para verle los tobillos a las mujeres que se agachaban para sacar el agua.
CASTILLO
Al parecer estaba situado cerca de la iglesia de la Virgen de la Cabeza en el Lugar Alto. De él partían galerías subterráneas algunas con huecos u hornacinas en los laterales.
LOS MACÁBERES
Son una zona próxima a la iglesia de santa Ana, tras la curva del camino de la Zubia, hoy calle iglesia, existían unos terrenos con este nombre que alude a un cementerio musulmán.
TORREÓN DE COTILLA
Al parecer en su origen fue una torre de vigilancia en el camino que comunicaba con la costa. hoy día está muy transformado por sus distintos usos que sufrió.
Son una zona próxima a la iglesia de santa Ana, tras la curva del camino de la Zubia, hoy calle iglesia, existían unos terrenos con este nombre que alude a un cementerio musulmán.
TORREÓN DE COTILLA
Al parecer en su origen fue una torre de vigilancia en el camino que comunicaba con la costa. hoy día está muy transformado por sus distintos usos que sufrió.
MONUMENTOS DEL REINO DE GRANADA CRISTIANO
En este periodo se levantaron los principales monumentos de la "Villa de los Ogíjares de la Vega" o como se escribía en aquellos lejanos tiempos "Villa de los Uxíxares de la Vega", pero no nos confundamos, que aunque se escribiese con X se leía como J, a veces el nombre aparece escrito como "Uxíxar Alto de la Vega" y "Uxíxar Baxo de la Vega" con las mismas reglas de pronunciación.
LAS IGLESIAS
Dos monumentos de primer orden muy bien conservados gracias a los párrocos y los feligreses, que con sus aportaciones ayudaron a otras instituciones a levantarlas, decorarlas y mantenerlas; obras, por tanto, que deben ser valoradas y respetadas como monumentos que hablan de nuestra historia, y que son un auténtico museo que pone en contacto a los vecinos con la cultura expresada por los grandes artistas de la Escuela Granadina de Escultura y la Escuela Granadina de Pintura. Los dos templos son de estilo Mudéjar, que muestra la tolerancia, valoración y respeto de los habitantes de esta villa de los Ogíjares y de toda la región de Granada por otras culturas como la musulmana.
Parroquia de la Virgen de la Cabeza
La iglesia del "Lúgar Alto", como suelen decir los vecinos, se levantó como un templo de una sola nave con una rica armadura mudéjar de par y nudillo con limas mohamares en los ángulos y bellas tirantes pareadas en la parte inferior, toda ella está decorada pintura, resultando un conjunto de muy buen gusto y armoniosas proporciones. Posteriormente se derribó el muro de la cabecera para añadirle una capilla mayor, pero aunque las proporciones son correctas y la armadura ochavada, de par y nudillo, labrada completamente y decorada con piñas de mocárabes dorados. los muros y cimientos son de inferior calidad constructiva que los de la nave. La unión entre ambos espacios la realiza un gran arco toral conocido en el pueblo como la "media naranja" cuyas impostas se sitúan sobre dos cornisas apoyadas en semicolumnas toscanas.
Los tejados se cubren con tejas de tipología romana, pues son derivadas de los ímbrices que se colocaban sobre sus tégulas, después las copiaron los musulmanes, por esto algunas personas las llaman erróneamente tejas árabes.
Junto a la capilla mayor se levanta una esbelta torre hoy día con algunos problemas de cimentación a los que la parroquia y feligreses están intentando ponerle solución.
Las portadas del templo son simples resaltes sobre la fachada. La principal tiene un arco carpanel y para eliminar esta sensación de pobreza se decoró con pinturas al trampantojo que representaban motivos arquitectónicos, pero que tras descubrirlas no fueron restauradas por no concedérsele valor; la lateral, hoy tapiada, es parecida pero tuvo un arco de medio punto.
Portada principal del templo de la Virgen de la Cabeza, la patrona de la localidad, de factura sencilla, pero que tuvo pinturas al trampantojo hoy desaparecidas. |
En el siglo XVIII se le añadió al templo un camarín para la patrona, elemento que destaca en todo el Reino de Granada y que posiblemente tenga su origen, como apunta el gran erudito y estudioso Gallego Burín, en aquellos pequeños y deslumbrantes miradores del arte nazarí conservados en la Alhambra y en otros palacios de Granada, nuestra tierra se recrea en lo pequeño, lo enriquece y lo vuelve cálido y acogedor, por ello nuestros camarines se llenan de arte, como este de los Ogíjares, paredes llenas de pinturas alegóricas y religiosas, un templete o tabernáculo con una cúpula sobre pechinas, para contener la imagen de una bellísima de la Virgen de la Cabeza, magistral pieza artística de la Escuela Granadina de Escultura, obra de Mena, con las ropas estofadas y pintadas con gran perfección, que vuelven a lucir en todo su esplendor gracias a los párrocos y vecinos que han logrado la restauración de este íntimo espacio y de una Virgen que nos deslumbra por su belleza.
La Virgen de la Cabeza en su tabernáculo del camarín. |
Las paredes del camarín se hayan decoradas con pinturas al óleo con escenas de la vida de la Virgen, del Sueño de Jacob y la escala que subía al cielo, de una serie de motivos arquitectónicos y cortinajes.
La capilla mayor se completa con tres retablos ocupados por buenas obras de la Escuela Granadina de Escultura, destaca el mayor, de un barroco plenamente español con cuatro grandes columnas salomónicas en el primer cuerpo, que establecen los espacios dedicados al camarín de la patrona en el centro y a sus lados S. Juan Evangelista y S. Francisco de Asís, todas las imágenes con vestimentas ricamente estofadas; el segundo cuerpo de centra por un crucificado muy bello que enmarcado por las pinturas de las dos Marías; el conjunto lo remata, bendiciendo desde las Alturas, una pintura del Padre Eterno y el Espíritu Santo.
También en la capilla mayor, encontramos dos retablos pero con fuerte influencia del barroco francés del siglo XVIII, el de la Virgen de la Aurora y el de Nuestro Padre Jesús.
Los muros de la capilla mayor se decoran hasta media altura con pinturas al óleo que semejan tapices de seda, parte de las cuales aún se hayan escondidas tras capas posteriores de pintura. Estos óleos presentan dos medallones que muestran al arcángel San Miguel portando el escudo con el lema "quis sicut Deus" y la otra con el arcángel San Rafael portador del pez sanador como "medicina de Dios"
Saliendo de la capilla mayor, en las jambas del arco toral, existen pinturas de tapices similares a las anteriores, pero con las imágenes de San José y San Juan Evangelista.
Un retablo que suele pasar desapercibido es el situado a la entrada, de estilo Renacimiento que presenta unas líneas muy clásicas y proporcionadas. De técnica depurada presenta un primer cuerpo dividido en tres calles por cuatro semicolumnas toscanas estriadas que soportan un entablamento roto por la hornacina central, esto junto con otros detalles como los frisos o el frontón incipientemente roto no avisan de un final del Renacimiento y un cierto manierísmo ya anunciador del siguiente Barroco. El retablo presenta varios relieves de buena factura y dos tallas si no exentas altorrelieves de S. Pedro y S. Pablo. La gran hornacina central ostenta una buena imagen de San José con el niño.
El retablo barroco de la Purísima, obra de importantes discípulos de la Escuela Granadina de pintura, más tardío y pintado de color yema de huevo con las molduras doradas, presenta cuatro lienzos pintados al óleo. Está dividido en dos partes, abajo un cuerpo único dividido en tres calles mediante cuatro estípites (elemento sustentador que la Escuela Granadina de Escultura se encargó de definir y difundir por España y América) presenta en su centro un gran lienzo con una pintura de esta advocación de la Virgen María, una imagen que sigue los cánones de Alonso Cano, el Miguel Ángel Español, sus líneas son muy parecidas a su talla de la Inmaculada, una obra de primera línea a nivel mundial que se hizo modelo indiscutido para todas las imágenes posteriores de su especie, ya fuesen talladas, esculpidas o pintadas; como complemento, este cuerpo, en su base tiene adosada una urna con una imagen de san Sebastián. En las dos calles laterales dos pequeños lienzos representan a S. Cecilio y S. Matías. En la segunda parte, el ático del retablo, se nos ofrece otro gran lienzo que representa al apóstol Santiago venido a España según la tradición durante la batalla de Clavijo.
Frente a él, el retablo barroco del XVIII dedicado a Santa Teresa, más pequeño, presenta cuatro representaciones pictóricas, lo centra un gran lienzo con la santa arrodillada en un éxtasis adorando a Jesús atado a la columna, a los lados dos estípites contienen sendos lienzos con representaciones de S. Benito y S. Francisco de Paula. En el remate a modo de ático se representa pintada una imagen de San Francisco de Asís. El retablo se rodea de pinturas murales dieciochescas al trampantojo que representan una columnata con ángeles y un manto que la cubre.
En los pies del templo existe un retablo del siglo XVIII inacabado con un gran lienzo de Cristo en el sepulcro. En el centro de las cornisas, bajo un dosel, existe un cuadro con el Santo Rostro de Cristo y coronándolo todo otro lienzo con Cristo abrazado a San Juan de Dios.
También hay que mencionar el púlpito barroco cubierto por tornavoz sobre el que hasta 1980 estuvo colocada una imagen de la Fe.
La bella balaustrada del presbiterio elaborada en metal con los pilares en forma de estípite terminado en un bello remate, según me comentaban algunos vecinos estaba colocada bajo el gran arco toral y hace unas décadas sustituyó a la del presbiterio que era más simple.
El templo dispuso de un excelente ógano barroco perdido hace tiempo del que se conservan restos de maderas labradas y doradas trasladadas recientemente a la iglesia del lugar bajo para depositar imágenes.
Iglesia de Santa Ana
Este templo de mayores proporciones y riqueza que la parroquia posee sin embargo menos gracia en sus proporciones. Al exterior presenta dos elegantes portadas renacentistas compuestas por pilastras cajeadas que soportan un entablamento muy clásico y enmarcan un arco de medio punto que descansa en otras pilastras también cajeadas, la portada lateral, además presenta un remate decorativo centrado por una cartela.
Su planta consiste en una nave cubierta por una armadura de par y nudillo con tirantes pareadas y su harneruelo decorados con lacería en ciertos tramos, los ángulos presentan limas mohamares, siendo toda la techumbre más rica que la de la parroquia. Al final de esta nave se abre un gran arco toral que sirve de comunicación con la capilla mayor rectangular, cubierta por una armadura aún más bella y decorada.
Portada lateral elaborada en piedra tosca. |
La amplia nave con la capilla mayor al fondo. |
Detalle de las armaduras |
Retablo mayor, obra maestra del renacimiento español, realizado por Juan de Maeda, discípulo del gran artista iniciador de la Escuela Granadina de Escultura, Diego de Siloé. El retablo está formado por dos cuerpos con tres calles y un ático que lo remata. En él se pueden admirar obras de gran valor en pintura y relieve.
Retablo mayor, obra maestra del renacimiento español. |
Retablo del Cristo de la Expiración de un barroco del siglo XVII con características españolas. La imagen de Jesús clavado en la cruz se nos muestra entre dos poderosas columnas salomónicas que sostienen un entablamento cuyo friso se comba y abre para contenerlo. Todo el retablo está pintado imitando piedras y mármoles diversos, excepto las molduras que están doradas. A los pies de la cruz sobresale un sagrario con una pintura de la sagrada familia.
El retablo de la Virgen de los Dolores, de un barroco propio del siglo XVIII en el que se aprecia la característica labor de rocalla, se nos muestra con las molduras doradas y los lisos pintados en color de porcelana con abundantes ramos de flores variadas. Presenta un solo cuerpo con dos estípites que sostienen un movido y quebrado entablamento que se curva hacia arriba produciendo un airoso remate.
El retablo de la Virgen del Rosario es también del siglo XVIII y por tanto posee algunas influencias francesas como el anterior. Incrustado dentro de un gran arco, tiene las molduras doradas y los lisos pintados en color porcelana con ramicos de flores. En su hornacina se encuentra una bella imagen de la Virgen que mira con dulzura al niño que porta en sus brazos, sus vestidos se encuentran estofados en oro y tonos oscuros.
El retablo de San Sebastián contiene la imagen del patrón de los Ogíjares. Tras la guerra de los moriscos en las Alpujarras se incrementó la costumbre de realizar imágenes de este santo e incluso de hacerlo patrón de numerosos pueblos del Reino de Granada. Se organiza en torno a una hornacina central situada entre dos delgados estípites. Está pintado en color yema de huevo con las molduras doradas.
Retablo de la Virgen del Carmen, también sin dorar. En el principio fue concebido para albergar la talla de un crucificado en el interior de un gran arco practicado en el muro, pero terminó conteniendo una urna posterior con la imagen de la Virgen que le da nombre.
El púlpito es de estilo barroco de líneas parecidas al de la parroquia de la Virgen de la Cabeza. Sobre su tornavoz se yergue una pequeña imagen de la fe y del centro de este mismo cuelga una paloma que simboliza al Espíritu Santo.
MONASTERIO DE LOS MERCEDARIOS DE BELÉN
Antiguo monasterio con elementos posiblemente del siglo XVI situado en la calle Belén, que ha sido casi totalmente destruido para construir viviendas hace unas tres décadas. De él queda un mínimo resto del claustro, la capilla pero muy transformada, las cocinas totalmente transformadas y algún resto secundario.
La portada del edificio era sencilla, con dintel de madera y jambas que eran pilares de mármol de Sierra Elvira, la gran puerta de madera se hallaba protegida con láminas de metal y tras ella un zaguán, cubierto por un alfarje de buena factura, que comunicaba con el claustro. Los muros, buena parte de los muros del edificio eran de tapial real (reforzado con argamasa en las dos caras y entre las tongadas de tierra apisonada con los mazos).
El claustro tenía cenadores en sus cuatro lados sostenidos por columnas de dos tipos, cuatro toscanas y bien labradas en mármol de Sierra Elvira y otras cuatro del mismo estilo pero mucho más gruesas, y por tanto desproporcionadas, elaboradas con una piedra parecida al mármol travertino para los capiteles y con arenisca los fustes, los ángulos se completaban con gruesos pilares. los techos eran alfarjes de un orden de vigas pero bien trabajadas. En uno de los rincones del cenador había una gran tinaja con brocal enterrada a modo de aljibe y otra similar en las cocinas, que aún se conserva bajo la solería moderna, ambas para garantizar el suministro de agua a la comunidad religiosa. En otro ángulo del cenador del claustro se situaba la gran escalera que arrancaba con dos columnas toscanas muy bien trabajadas de mármol gris sin pulir de Sierra Elvira, ella nos llevaba al segundo cuerpo del claustro con corredores cuya techumbre, también en forma de alfarje, era sostenida por pies derechos en numero mayor que de columnas, pues encima de los intercolumnios también fueron colocados este tipo de elementos sustentantes.
La cocina, que se conserva muy transformada en la casa nº 2 de la calle Moral, disponía, además de la tinaja mencionada, de una gran chimenea de campana, y en una habitación trasera una amplia despensa. La nave paralela a la cocina, en la misma crujía, consta de una gran pórtico, hoy cerrado, sostenido por poderosos pilares de ladrillo antiguo que descansan sobre peldaños de mármol de Sierra Elvira y sostienen gruesas vigas de pino tea. la planta superior ha sido totalmente reformada en varias ocasiones por lo que no conserva ningún resto original.
La capilla contaba con pinturas murales que tal vez se conserven bajo capas de pintura actuales en la casa número cinco de la calle Belén, respecto a este punto, a mediados del siglo XX me han comentado que aún quedaban restos. El techo de este espacio consistía en un alfarje sencillo pero bien trabajado.
En la casa número tres de la calle de Belén, al transformarla en vivienda poco después de 1940 se halló una galería subterránea que no se exploró más que en una pequeña parte, siendo inmediatamente taponada con una piedra de molino.
Se comenta que en este convento se hospedó por un tiempo S Juan de la Cruz.
Posteriormente dejó de pertenecer a la iglesia y ahí se inició el comienzo de su ruina, parte de él se dividió en viviendas con un pequeño patio cada una, de tal división aún quedaba restos casi a mediados del siglo XX, tras la crujía noroeste se construyó un molino de aceite de sangre (algunas personas por desconocimiento, en otros lugares, afirman que se llama de sangre por las heridas que se le hacían a los animales que movían la piedra, nada más alejado de la realidad, los mulos eran muy bien tratados, eso sí su trabajo era muy monótono, dar vueltas y más vueltas) que estuvo en funcionamiento hasta inicios del segundo tercio del siglo XX.
Otro elemento interesante era la gran portada de la huerta existente en el ángulo de la calle del Moral, adintelada con grandes vigas que sostenían un remate con tejado, de grandes sillares de piedra en la parte baja de los enormes pilares de las jambas y ladrillo en la superior, sobre su dintel formado por poderosas vigas el escudo de la orden mercedaria entre los anagramas rodeados de hojas de laurel de Jesús y María bellamente labrados en relieves de estuco.
Boceto del plano del convento de los Mercedarios de Belén realizado en el momento en que se iniciaba su demolición para construir viviendas |
Pie derecho de los corredores del claustro |
Casa de donde arranca la galería subterránea. |
Casa que albergó la capilla y que posiblemente conserve pinturas murales. |
Gran capitel del claustro salvado de la destrucción y reutilizado como pedestal. |
Fuste de mármol de Sierra Elvira perteneciente al convento rescatado de la destrucción por un vecino. |
ERMITA DEL SANTO ECCE HOMO
Situada al final de la calle del mismo nombre, se levanta tras dos centenarios olivos que se usaban para proveer de aceite a la lámpara que alumbraba el interior. Es un pequeño edificio de una sola nave con sencilla portada de medio punto, sobre la portada se levantaba hasta hace poco más de un siglo una pequeña espadaña que albergaba una campana trasladada en aquellos tiempos a la torre de la iglesia. Los muros están reforzados con machones de ladrillo y verdugadas horizontales del mismo material que enmarcan cajones de tapial. El alero del tejado se realizó en ladrillo. Las tejas son las tradicionales descendientes de los ímbrices romanos.
El interior, una sala rectangular, hoy con el techo plano, sobre dos repisones de madera anclados en las paredes laterales se sitúan una imagen de la Virgen y otra de S. Isidro; al fondo se alza un sencillo retablo con una hornacina en la que se aloja la imagen del Ecce Homo, una talla de medio cuerpo comprada en el siglo XVIII a los dueños de una huerta de la calle Gracia de Granada, en cuya portada se encontraba.
Exterior de la ermita |
En el interior un sencillo retablo enmarca la imagen |
Imagen del Ecce Homo cuando fue trasladada a la iglesia parroquial |
CONVENTOS DE CARMELITAS Y DOMINICAS DEL MOSCOSO
En este lugar próximo al término municipal de Armilla se levantan dos conventos separados por una iglesia, es un lugar apacible con centenarios cedros, palmeras y cipreses que los preceden. Antes de acceder al templo nos encontramos con un compás que lo aleja del bullicio, desde él se puede acceder a tres unidades bien diferenciadas, a nuestra izquierda a un convento de carmelitas, al frente a la iglesia, que pertenece al convento de nuestra derecha, el de dominicas.
El templo, perteneciente a las madres dominicas presenta un muy buen estado de conservación, incluidas las finas pinturas murales y las vidrieras que responden a una tradición granadina milenaria enlazada con los visigodos, estas últimas tamizan la abundante luz para dar un ambiente de recogimiento al espacio de oración.
Vidriera con Nuestra Señora de la Merced en el ventanal del segundo cuerpo de la portada. Las enjutas del arco que la cobija se decoran con cabezas aladas de ángeles. |
El convento de las madres carmelitas está situado a la derecha de la iglesia, presentando al exterior y a un lateral una fachada que simula una construcción defensiva medieval por sus torres y almenas, toda ella de estilo Neogótico, excepto una torre que posee además ventanas neonazaríes de bella factura, ante la fachada existe un jardín poblado de viejas palmeras y cedros. El conjunto, y la paz del lugar, nos trasladan a pasados tiempos tan alejados de las prisas actuales.
El edificio se centra en un claustro rectangular con cenadores con arquerías sólo en alguno de sus lados. En la parte trasera existe una huerta rodeada por una tapia donde las monjas siembran hortalizas y cultivan frutales.
Acceso al convento de carmelitas desde el compás de la iglesia con unas bellas verjas de forja granadina sostenidas por sólidos pilares cajeados que están coronados por elegantes remates. |
Ventanas de estilo Alhambrista de una de las torres. |
El convento de las madres dominicas está situado a la izquierda de la iglesia y fue construido en un estilo que recuerda al Neorenacimiento, como su iglesia, se centra en un claustro con cenadores sólo en alguno de sus lados con arcos de medio punto sostenidos por columnas toscanas de mármol de Sierra Elvira. Las ventanas y balcones exteriores se ornamentan con molduras y cornisas decoradas con grutescos. También posee en un ángulo una torre defensiva neomudéjar coronada por decorativas almenas.
Enmarques y cornisas de estuco de balcones y ventanas se cubren de grutescos neoplaterescos |
Torre neogótica del ángulo del convento de dominicas. |
VÍA CRUCIS
La villa de los Ogíjares contaba con un bello Vía Crucis de grandes proporciones en el antiguo Camino de las Cruces. Hay quien comentaba que de la época de los Reyes Católicos, pero en las cruces conservadas, los pocos motivos decorativos que quedan me hacen pensar en el siglo XVII o XVIII, pero al conservarse sólo dos no se puede ni afirmar ni desmentir que hubiese alguna de aquella época, y más aún teniendo en cuenta que alguna fue una construcción posterior ofrecida por personas que reponían las derribadas por el tiempo o accidentes. También merece la pena reseñar que un número de ellas tenía inscripciones bajo sus brazos.Hoy día se conservan dos, trasladadas a las dos plazas principales, junto a las iglesias. Las que en la actualidad se levantan en el Camino de las Cruces, hoy calle Cruces, son obra moderna que quiere rememorar la existencia de aquel calvario que fue parte de la historia de nuestra localidad durante siglos, un monumento, que como tal, por encima de ideas religiosas o políticas.
Una de las cruces salvadas, hoy colocada en la plaza Alta. |
Pedestal de la cruz central de las tres correspondientes estación del Monte Calvario. La cruz que soporta no es la que primitivamente tuvo, sino otra, también de las antiguas, que se pudo recuperar. |
CRUZ DE LA PLAZA ALTA
Se
trata de una cruz de piedra levantada sobre un pilar octogonal cajeado
cuyo emplazamiento primitivo se situaba a la altura de la sacristía de
la iglesia de Nuestra Señora de la Cabeza.
IMÁGENES RELIGIOSAS DE LAS CALLES
En un buen número de calles existían imágenes, muchas de ellas perdidas hoy, que eran también parte de la historia de la localidad. Hace siglos, en muchas localidades estas imágenes cumplían una labor social además de religiosa, pues era costumbre que los habitantes de la calle le colocaran iluminación que permitía ver algo en las oscuras noches. Algunas de las que perduraron más tiempo son estas:
- En la esquina de la calle de la Santísima Trinidad aún se conserva una pintura que representa al Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el muro de la casa en la que se alojaba se decoraba con bella labor geométrica esgrafiada.
- En la Placetilla de la Cruz el Barrio Bajo, también en el Lugar Alto, había una cruz de madera emplazada sobre un pedestal adosado a una de las casas y el día 3 de mayo era habitual adornarla con flores de papel de colores.
- En la calle Horno, frente al actual número 8, cruzando una losa de piedra que servía de puente de la Acequia Real, se encontraba una fuente de 1950 aproximadamente, tipo pilar granadino, con un azulejo de la Virgen de las Ángustias.
- Casi en la confluencia de la calle Real Baja con la carretera de Dílar, en la última casa de la derecha, había otra hornacina con la Santísima Trinidad a un tamaño menor.
- En la calle de las Parras, algo más abajo del aljibe musulmán, en la acera frontera, se abría otra hornacina que contenía una imagen de San Blas de unos 50 cm de altura, en torno a ella se congregaban los niños de la zona, allá por el año 1905, esperando que llegara la luz eléctrica al anochecer (época aquella en que estaba recién instalada la electricidad en los Ogíjares, no había suministro eléctrico más que durante las noches y las calles no tenían más iluminación que la de estas imágenes y ello gracias a las personas que habían contratado estos puntos de luz.
CASA DE LA CALLE MORAL 1
La entrada se realizaba a través de un zaguán empedrado, de ahí se pasaba al un patio central, también empedrado, con cenadores soportados por pilares, de los que hasta hace poco se conservaban dos, uno tras el zaguán y otro a la derecha. El segundo cuerpo conservaba el corredor del lado paralelo a la calle. Los techos eran alfarjes sencillos. En los últimos decenios se le han realizado reformas que han modificado mucho el edificio.
CASA DE LA CALLE ALTA 32
Se conserva parte de ella, estuvo centrada por patio granadino con cenadores. En la parte trasera disponía de un gran huerto con frutales variados
CASA SEÑORIAL DE LA CALLE ALTA 14-16
Casa probablemente del siglo XVII con pequeño zaguán de entrada y patio con cenadores cuyos alfarjes se sustentaban en sencillas columnas sin basa. La segunda planta también poseía originariamente corredores con pies derechos como elemento sustentante, pero fueron cerrados con tabiques para mitigar los fríos inviernos de las altas hoyas de Andalucía Oriental.
Se hallaba dividida en dos mitades, cada una con su parte de patio y de huerto. En este último existía un viejo estanque que se usaba para regar las hortalizas y frutales cuando en el estío faltaba el agua.
El patio, como casi todos los granadinos, se decoraba con grandes macetas de aspidistras. Estos patios, de origen romano, los imitaron los musulmanes y los adaptaron posteriormente nuestros antepasados a una vida más abierta hacia el exterior, en ellos se podía disfrutar de un agradable y fresco verano, pues acumulaban y conservaban en su interior el frescor de la noches estivales granadinas.
CASA SEÑORIAL DE LA CALLE ALTA 10
La fachada contaba con una gran puerta de bella factura con postigo en el centro, sobre ella un balcón con tornapuntas cubierto por un tejadito con bien trabajadas vigas. Las rejas eran unos buenos ejemplares de la forja granadina. El edificio constaba de cuatro crujías en torno a un patio, con cenadores sostenidos por columnas toscanas de mármol de Sierra Elvira en el primer cuerpo y corredores en el segundo, con pies derechos y una balaustrada, todo ello de madera labrada. En esta casa palaciega los ebanistas y carpinteros granadinos mostraron nuevamente la valía que siempre han tenido, las bellas puertas de labrados cuarterones, los perfectos alfarjes, algunos de dos órdenes de vigas, las balaustradas de la espléndida escalera o del acogedor patio, los canecillos de los aleros, todo concebido para dar una serena belleza a la casa.
El cenador y algunas dependencias se decoraban con bellos zócalos de azulejos elaborados por los afamados artesanos de uno de los múltiples alfares de Granada, algunos de los cuales aún continúan trabajando hoy con sus técnicas centenarias: Fajalauza, los hermanos Casares de Monachil...
El conjunto se completaba con un bello jardín con viejísimos y variados árboles, palmeras y arbustos, que enlazaba con un extenso huerto donde se producían toda clase de hortalizas y frutas. El agua de riego venía de la Acequia de Quitao, el principal ramal de la Acequia Real. Todo ello en el mismo centro de esta antigua villa que se distinguía por sus casonas señoriales, las tapias de múltiples huertos y huertas sobre las que asomaban perfumados rosales o jazmines y ramas cargadas de frutas variadas, todo ello entre el relajante rumor de sus viejas acequias que partían de la principal, la Acequia Real, que atravesaba descubierta, aportando su frescor, el mismo corazón del pueblo.
El cenador y algunas dependencias se decoraban con bellos zócalos de azulejos elaborados por los afamados artesanos de uno de los múltiples alfares de Granada, algunos de los cuales aún continúan trabajando hoy con sus técnicas centenarias: Fajalauza, los hermanos Casares de Monachil...
El conjunto se completaba con un bello jardín con viejísimos y variados árboles, palmeras y arbustos, que enlazaba con un extenso huerto donde se producían toda clase de hortalizas y frutas. El agua de riego venía de la Acequia de Quitao, el principal ramal de la Acequia Real. Todo ello en el mismo centro de esta antigua villa que se distinguía por sus casonas señoriales, las tapias de múltiples huertos y huertas sobre las que asomaban perfumados rosales o jazmines y ramas cargadas de frutas variadas, todo ello entre el relajante rumor de sus viejas acequias que partían de la principal, la Acequia Real, que atravesaba descubierta, aportando su frescor, el mismo corazón del pueblo.
CASA SEÑORIAL DE LA CALLE ESTANCO
Con características moriscas al tener un patio central con cenadores solamente en dos extremos, los que casi estaban en el eje norte sur. La fachada se compone de dos cuerpos, el primero con un grueso muro de tapial reforzado con machones de ladrillo y verdugadas horizontales del mismo material, en el que se abre un vano adintelado que contiene un gran portón con postigo central, a los lados existían pequeñas ventanas. La planta superior se cierra con una sucesión de gruesos pilares alternados con pies derechos de madera con sus respectivas zapatas coronándolos, todo ello cerrado por una delgada pared en la que aún se abre un gran balcón con antigua baranda de forja que tuvo como adornos dos gruesas bolas de mármol en sus ángulos ensartadas en unos hierros salientes que aún se conservan; a los lados del balcón se abren unas minúsculas ventanas cuadradas. Tras la gran puerta se pasa al zaguán que comunica con el cenador norte del patio, en el que una gran viga sostenía el corredor superior, frente a él otro cenador con pies derechos como elemento sustentante. Los techos en algunas dependencias conservaban alfarjes de buena factura. La casa disponía de un huerto como era habitual en la villa de los Ogíjares donde convivían plantas ornamentales con frutales y hortalizas regadas por las buenas aguas de Sierra Nevada traídas a esta parte de la villa por la Acequia Real.
La pequeña parte de la casa señorial que aún se conserva y que está en proceso de restauración, aunque paralizado actualmente. |
Portada de la casa donde se ve que en algún momento se uso una antigua puerta con postigo y trabajados clavos a la que se le puso un añadido para ocupar todo el vano. |
PATIO DE LOS LEONES
Casa de vecinos dividida en cinco viviendas. Tenía un zaguán que comunicaba con el ángulo del patio, justo con el cenador que quedaba, el del este, de los cuatro que debió tener; que en lugar de columnas tenían pies derechos.
CASA SEÑORIAL DE LA CALLE HORNO 2
El acceso se realizaba a través de un pequeño zaguán. Las cuatro crujías del edificio se levantaban en torno a un pequeño pero acogedor patio cuadrado con cenadores en sus cuatro lados, los soportes consistían en columnas de mármol de Sierra Elvira, pero algunos cenadores fueron tapiados y convertidos en habitaciones en el pasado para cubrir necesidades de los inquilinos, la segunda planta sí mantuvo tres de los cuatro corredores con sus pies derechos entre los que existían balaustradas de madera de buena factura. Tenía una escalera en el ángulo con peldaños decorados con bellos azulejos de lacería granadina y mamperlán de madera moldurada en cada uno. las techumbres de las salas nobles consistían en alfarjes bien trabajados. Junto al aljibe existía un lagar con grandes tinajas para hacer vino, como era habitual entre los agricultores de los Ogíjares y pueblos del Reino de Granada.
Tinaja de terracota usada en el lagar para fermentar el mosto y convertirlo en vino. |
CASA DEL CALLEJÓN DE LA VIÑA
Hacía esquina con la plaza y se centraba por un patio con cenadores. Su fachada conserva un antiguo balcón con un tejaroz protector.
CASA CUEVA
Antigua casa que, hasta hace muy poco tiempo tenía una bella portada adintelada decorada con estucos de tipo tardorrenacentista o barroco sencillo. A ella llegaba, al parecer, una de las galerías subterráneas que partían del castillo.
CASA DE MARTÍN
Está situada en la confluencia de la calle Veracruz con la calle Real Baja. Poseía un jardín delantero con diversas especies de arbustos y árboles, y detrás un gran huerto. Cuando la vivienda se construía, en 1881 según constaba en una lápida colocada sobre el portón de un gran corralón que daba a la calle Real Alta, se colocó una moneda de plata en cada esquina del edificio. La casa sigue el esquema de casa granadina y mediterránea de tradición romana, es decir centrada por un patio con cenadores. A sus espaldas tenía un molino de trigo y un horno.
CASA DE LA CALLE REAL BAJA 6
Casa señorial con zaguán que desembocaba en un patio que conservaba dos cenadores.
CASA DE LA ESQUINA DE LA PLAZA BAJA
Esta casa se encontraba haciendo esquina entre la plaza y la carretera de Dílar la fachada era sencilla pero en su interior tenía un patio con cenador en dos de sus lados. La vivienda contaba con un huerto.
CASA DE LA PLAZA BAJA
Esta casa con tres balcones situada a continuación de la anterior perteneció a D Antonio Junco. También estuvo centrada por un patio granadino con cenador paralelo a la calle y otro en el lado izquierdo, al parecer contaba con buenos ejemplares de columnas. La solería del patio consistía en un empedrado fino de tradición granadina.
CASA DE LA CALLE IGLESIA Nº 4 Y 6
Su fachada es de dos cuerpos con cinco vanos en cada planta, portada adintelada de mármol de Sierra Elvira con los balcones del segundo cuerpo cerrados con arcos escarzanos moldurados y el alero con canecillos de madera.Tras la puerta se abre un pequeño zaguán con empedrado granadino, tras él un patio con cenadores.
CASA-PALACIO DE LA CALLE DE LAS PARRAS
Su fachada es de dos cuerpos con cinco vanos en cada planta, portada adintelada de mármol de Sierra Elvira con los balcones del segundo cuerpo cerrados con arcos escarzanos moldurados y el alero con canecillos de madera.Tras la puerta se abre un pequeño zaguán con empedrado granadino, tras él un patio con cenadores.
CASA-PALACIO DE LA CALLE DE LAS PARRAS
La fachada, con un amplio alero de ladrillo, presentaba un bello escudo nobiliario sobre la sencilla portada. Un vestíbulo de fino empedrado granadino desembocaba en un ángulo del acogedor patio que se rodeaba de cenadores en tres de sus lados con columnas de mármol de Sierra Elvira en su primer cuerpo, mientras que en el segundo se alzaba un corredor con pies derechos labrados. Tenía un par de tinajas para almacenar agua. La gran escalera se situaba a la izquierda, junto al zaguán pero sin comunicarse con este, los peldaños, en sus respaldos, se decoraban con bellos y antiguos azulejos, se cubría con una bóveda cuadrada posiblemente, con nervios y alguna decoración centrada por una paloma.Continuando por el cenador que partía del zaguán se llegaba a una gran puerta tallada que comunicaba con el comedor en el que existía una chimenea esculpida en mármol de Sierra Elvira. Los techos, en especial los de las salas nobles, eran muy altos y se cubrían con alfarjes de buena factura. Como casa señorial que era disponía de una torre mirador junto al gran huerto. La casa se completa con un segundo patio más pobre que el comentado del que sí se conservan algunos restos, en esta parte hubo un molino de aceite.
Tras la casa existía un enorme huerto que en sus tiempos fue jardín también como ocurría con otras casas señoriales de esta villa.
Tras la casa existía un enorme huerto que en sus tiempos fue jardín también como ocurría con otras casas señoriales de esta villa.
Véase la curvatura natural de tejado, este es un elemento de tradición nazarí: alero con canecillos de madera que hace curvarse hacia arriba al tejado dándole forma de pagoda, precisamente el historiador Damián Bayón nombra estos tejados del Reino de Granada con el sustantivo de "pagodas granatenses" otro elemento que nos recuerda las armaduras nazaríes es el cuadral en el ángulo, que asoma sobre la ventana en dirección oblicua a los demás canecillos. Por desgracia es de los pocos tejados que mantienen sus pendientes, pues la ignorancia ha hecho que muchos tejados en las recientes reparaciones hayan perdido esta curvatura por ser considerada como algo mal hecho. |
Columna toscana del tipo más pobre, se encuentra en el segundo patio de la casa. Sobre ella una zapata que sostiene la viga del borde del cenador. |
Ménsula labrada que asoma en uno de los nuevos pilares. |
Edificio que ha sustituido modernamente al palacio. |
CASA SEÑORIAL DE COTILLA
Consta aún de una crujía de tres alturas junto a la carretera y de un imponente torreón de cuatro alturas muy restaurado pero que no desentona con la arquitectura tradicional granadina. La fachada constaba de ventanas con grandes rejas y balcones. Un gran portón permite el acceso al zaguán que comunica con el patio de vecinos del que queda muy poco. En el edificio existió un molino de aceite, del tipo de viga, que se cerró convirtiéndose también en vivienda hace aproximadamente cien años.
CASAS CON CIERTO INTERÉS
Casa de tres cuerpos construida con estilo historicista que contiene, tras una fachada decorada con esgrafiados hoy blanqueados, un patio con cenador.
La luz deja constancia aún de algunos de los esgrafiados que decoraron esta fachada. |
Más esgrafiados, uno presentando una cenefa, y debajo otros representando sillares de piedra. |
Otra característica de algunas casa era la decoración con pinturas al trampantojo de las que casi no queda ningún resto salvo algunas relativamente recientes con estas de la calle moral restauradas con buen gusto hace muy pocas fechas.
Estado original de las pinturas al trampantojo. |
Resultado tras la restauración. |
Aquí pongo una casa tradicional granadina con cierta antigüedad, en este caso pintada de blanco (recordemos que el blanco puro no era usado de forma generalizada en el Reino de Granada, siempre se le solían añadir tintes ocres diversos y si se tenía el suficiente poder económico se hacían pinturas al trampantojo) La vivienda tiene un patio cerrado por una tapia con portón y tras el edificio un pequeño huerto como muchas casas de la villa de los Ogíjares.
Enlaces:
http://www.foroxerbar.com/viewtopic.php?t=11612 Escuela Granadina de Escultura