Si circulamos por la serpenteante carretera que parte de la N-432 hacia Castillo de Locubín, Provincia de Jaén, Región Histórica de Granada, pasaremos por un terreno ondulado limitado por elevadas montañas cubiertas de olivares, mientras que en sus partes altas y escarpadas crecen pinares principalmente. A los lados de la carretera encontramos tarajes, chopos o álamos negros... pero lo que más llama la atención, son los enormes olivos varias veces centenarios, con bellos, gruesos y retorcidos troncos.
Ya cerca de Castillo de Locubín encontramos un enorme olivo milenario, el Olivo de la Era de la Zarza. Poco dañado por antiguas podas, se alza sobre una peana de varios metros de perímetro, el tronco pronto se divide en tres poderosas ramas que soportan una enorme y tupida copa. El gigantesco olivo llega a producir más de 700 Kg. de aceitunas.
Las calles son estrechas, ideales para sobrellevar el calor veraniego. En ellas se levantan numerosas casas señoriales con sus características jiennenses. También encontraremos tranquilas plazas con su fuente, y el agua tan común y apreciada en la Región de Granada.