EL ACCESO
Partimos del palacio del Ingenio de Frigiliana por un hermoso camino que pasa junto a una plantación de cañas de azúcar:
Cruzaremos terrenos en pendiente con caminos enlosados, casas de tipo mediterráneo y sobre todo con una vegetación magnífica, como se ve en estas fotos de hace varios años.
A continuación se llega al píe del castillo de Lízar, a un gran estanque y al antiguo molino, los tres surtidos de agua por una vieja acequia usada en los Reinos de Granada musulmán y cristiano, que llega desde la parte alta del río Higuerón para abastecer a la población y sus tierras.
Castillo de Lízar, de gran importancia para el paso del 2º Reino de Granada al 3º.
Estanque Acueducto del molino de Lízar.
Poco más adelante la vereda se hace cada vez más estrecha, hay que evitar coger algún ramal que nos lleve a otra meta distinta, como el de la acequia antes nombrada. Las vistas sobre la vega de Frigiliana, Nerja… hasta el mar, son muy hermosas en todo el recorrido.
Más adelante llegaremos a dos caleras circulares, la primera en muy mal estado, que se usaban para cocer la piedra caliza y convertirla en bloques de cal viva, una vez fríos se transportaban y vendían por los pueblos para encalar las casas añadiéndole pigmentos de colores, o para fabricar la dura argamasa para construir, claro, para su uso había que apagarla echando las piedras de cal viva en un recipiente con agua donde esta comenzaba a hervir con energía entre pequeñas explosiones y salpicaduras que no provocaban daños.
La vereda continúa alternando fuertes subidas con tramos casi llanos. Su trazado es serpenteante para rodear pequeñas y empinadas lomas.
Llega un momento en que se alcanza la parte superior de la loma por la que discurre, permitiéndonos ver la otra vertiente con sus espectaculares montes y precipicios entre las actuales Málaga y Granada.
Tras una última y fuerte subida
se llega al Fuerte propiamente dicho, situado a casi
Por el suelo se encuentra restos de ladrillos, tejas... que hay que dejar donde se encuentran, pues su robo conlleva sanciones que pueden llegar a penas de cárcel.
Al otro lado del fuerte, un profundo barranco los hace casi inexpugnable. En el fondo se ve la hermosa pedanía del Acebuchal.
La flora es muy variada, romeros, aulagas, pinos, palmitos, tomillos... Pero también, a pesar de la sequía, hay líquenes y musgos que debemos respetar igualmente.
En la bajada especialmente hay que tener precaución con los resbalones, por ello es imprescindible un buen calzado. Pero ese tema es cosa de informarse cada uno.
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