Jérez del Marquesado, o Jeres del Marquesado como tradicionalmente se llamaba, es una localidad de la provincia de Granada que destacó el el segundo y tercer Reino de Granada (el nazarí y el cristiano) y después en la Región Granadina, llegando a contar con varios miles de habitantes.
La ruta realizada es fácil, su única dificultad son algunos leves obstáculos como troncos caídos que hay que sortear. Todo el recorrido se hizo por la mañana a lo largo del barranco de Jeres. Salimos desde el hotel Picón de Sierra Nevada recorriendo parte del casco antiguo de la localidad.
Aún se conservan algunas de sus casas tradicionales con ciertas características similares a las alpujarreñas y murcianas. Casas adaptadas al frío Invierno, casas que mantienen el fresco durante los cálidos veranos, nunca tan ardientes como los de la vecina Andalucía, baja, calurosa y llana. Casas de gruesos muros de tapial o mampostería.
Al salir del pueblo continuamos por la “Laera” (ladera en habla granaína) y el huerto Castillejo, hasta llegar al barranco de Jeres.
FORTALEZA DE JERES
Pronto pasamos al pie de una de las fortalezas de la comarca, usada especialmente durante el segundo Reino de Granada, el nazarí. Sus restos se alzan sobre un promontorio rocoso bañado por el agua del arroyo. Lugar ideal para resistir un asedio medieval, aunque tiene un inconveniente, la falta de visibilidad para controlar el territorio, subsanado con dos atalayas vigías conservadas, una a cada lado del arroyo, pero en lo más alto de las "laeras" desde donde dominar una extensísima porción del territorio que comunica las provincias de Granada y Almería.
Una de las atalayas que vigilan el entorno desde las alturas de las "laeras" dicho en habla granaína. |
BARRANCO DE JERES
El recorrido se realizó por el fondo del valle, junto a un arroyo con frescas aguas de Sierra Nevada (Mons Solaris para los romanos), plagado de helechos y variados árboles caducifolios como álamos, alisos, sauces o mimbres... que nos dejó impresionados por enormes troncos de castaños varias veces centenarios como el del Ramblón.
Pronto llegamos a la fuente del Chortal dónde bebimos agua y comimos algo para continuar después entre los árboles hasta la confluencia de los barrancos del Alcázar y del Alhorín.
Continuamos el suave ascenso junto al arroyo y llegamos al monumento levantado por los ciclistas en honor a su Patrona.
Por el camino encontramos una placa pagada por la Unión Europea que nos informa del pastoreo trashumante que tanto bien hizo a los bosques previniendo los fuegos. Atravesamos la cañada real de Trevélez:
El regreso se realizó subiendo desde el fondo del barranco de Jeres, para continuar por el camino del seminario hasta el hotel Picón de Sierra Nevada, donde tomamos algunas bebidas y terminamos almorzando en su agradable terraza-jardín acompañados por la fresca brisa del pie de Sierra Nevada (llamada Mons Solaris, Monte del Sol, por los romanos)
Arroyo Alhorí, al fondo el picón de Jeres |
Antiguas acequias mueven viejos molinos, algunos de los cuales se han salvado gracias a haber sido convertidos en alojamientos rurales. |
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